Hay algo en tu insistencia sobre mi locura;
Tiene un dejo de obsesión en vos que me gusta.
A mi, por el contrario, me parece desquiciado tu delirio,
Tan enredado y bello como tus colochos.
Te lo he dicho tantas veces...
Lo sabes, vos lo sabes.
La pregunta es quién es menos cuerdo,
¿Vos por quererme?
¿Yo por cantarte?
"Estás loco" es lo que vas a decir.
Tus ojos me iluminan con su cúmulo de farolitos.
Tus palabras discurren con un dejo a yerba buena que me gusta mascar.
Soy inmune a tu atómica indiferencia cuando me ignoras.
¿Quieres exprimir un limón sobre nuestras heridas abiertas?
Cantemos una que nos sepamos los dos en karaoke,
No es obligatorio bailar, tranquila.
Vamos a oler la yerba buena con un poquito de limón.
En un lugar ya muy lejano llamado Alajuela 1994 comencé un proyecto de música casera con mi amigo Carlos McGuiver Soto. Teníamos una guitarra acústica, una grabadora mono y poco talento. De aquellas sesiones logré transferir de cassette a mp3 hace ya 15 años algo y desde entonces he tenido la osadía de compartirlo únicamente con mi círculo de amigos mas por necedad que por orgullo. Hoy me atrevo a transcribir la letra y subir el video a Youtube. La letra es la fusión de dos canciones diferentes que empujamos dentro de los acordes de un tema de Smashing Punkins malogrado. Tengan piedad con el audio y con las líneas ya que para ambas deficiencia alego adolescencia melancólica extrema y un pésimo equipo. Entiendo si el ruido del tema, natural de tan atroz transferencia, los hace desistir.
Sombra Lunar
(un, dos, tres)
Una noche con tu sombra
tal vez es mas que alguien cuando roba
y renace contigo a la orilla de la luna
La marea es creciente en mis ojos
y se derrama en sus pupilas para descansar
Robarse solo una estrella por cada lágrima derramada
Y asesinar la nube que forma sus sueños
Quizá, es una sombra lunar
Quizá, es una sombra lunar
Todo lo que ahora tengo es sangre y dolor en todo mi cuerpo
Por arrancar mi piel y dársela al cielo
Amor ya no es correcto sacar a luz todos los recuerdos
Que difundan nuestro odio y amenacen de nuevo
Quizá, es una sombra lunar
Quizá, es una sombra lunar.
Imágenes aglomeradas en la periferia del autoengaño
Palabras despiadadas replicando en mis oídos
El desgaste de mi mente caprichosa
Mis párpados caen sin remedio
No quiero descansar, no quiero
Esquivas esa idea serpenteando en tu cabeza
Esbozos perdidos en tu gaveta de recuerdos
Llevan mi nombre por todas partes
Miedo hacia el desconocido
No querés pensar, no querés
Al final me voy a dormir profundamente
en un jardín de flores desesperadas
con aroma a tierra húmeda
y sin un beso de tu boca implacable
Es extraño cómo se sucede el camino.
Se mueve, queda atrás y va adelante.
Todo a la misma vez.
Me guía pero me pierde.
Si se lo permito no me lleva a ninguna parte.
Confío más en la brasa de mi cigarrillo.
Al menos me da luz y me incendia.
Espero, por vos, mientras camino.
(Insensatez)
El movimiento da vértigo.
Tus palabras transmiten lo mismo.
Deseo tanto pero camino tan poco.
Sigo la llama, siempre a la llama.
Estático en este microinstante del universo.
Soy nada, seré nada, vos desapareces también.
Quiero caer bajo tu encanto de sirena.
Romperme en pedazos contra tu corazón de piedra.
(Insensatez)
Un encanto italo-amazónico irresistible.
La selva en los alpes de tus relieves ocultos.
Suave al tacto pero de adamantium adentro.
La vorágine de mi lengua desencadenada
entre tus labios afilados de fiereza.
Siento frío, siempre, entrecortado.
Por eso la piromanía me seduce.
(Insensatez)
Bailemos en un bote a la deriva.
¡Profiramos blasfemias contra el dios!
Dejemonos caer en un sueño profundo, infinito.
Sangremos por nuestros pecados,
Vendamos nuestras almas, Deus ex machina.
Bailemos en un bote a la deriva los dos.
Luego déjame sacar mis fósforos
e incendiemos todo a nuestro alrededor.
(Insensatez)
Pedacitos esparcidos por el piso,
Boronas que ni las moscas se comen.
Mi voz entre cortada, resquebrajada,
No puedo articular ni una oración.
Migajas esparcidas por la mesa,
Restos del banquete que tuvimos.
Ahora, roto, derrotado, esparcido.
En 7 minutos, en 7 minutos...
No sé cómo llamar a esto que quedó.
¿Sabes quién llama?
¿Acaso me conoces?
Es difícil plantearlo con palabras.
Preferiría bailarlo o tocarte.
No es lo mismo pensar que decir.
Resulta radicalmente diferente.
No es lo mismo porque ya no soy el mismo.
He arrojado mil mensajes embotellados.
Todos se estrellan contra el mismo malecón.
Vos sí sabes cómo.
Yo no. Soy un idiota.
Olvidaste quererme. Olvidé recordártelo.
Descuido plagado de sentimientos.
El relámpago ilumina por segundos.
Vos iluminas todo con un mal chiste.
No tenés por qué salvarme.
Esta desgracia me la compré sólo yo.
Vos sabés cómo.
El lento paso del tiempo me ha destrozado.
De los pedazos me volví a armar.
Pasa que me sobraron piezas,
siempre me sucede.
¿Es cierto que querés escucharme?
¿No tenés miedo de lo que pueda decir?
¿Que pronuncie las palabras prohibidas?
Vos sabés que lo voy a hacer
Anoche escuché el trémolo de tu voz dormida.
De nuevo abracé mi interminable insomnio.
¿A qué no adivinas cuántas veces te llamé?
¡Cuántas veces pensé en vos!
Anoche volví a arder en llamas,
no alcancé a entender lo que decías.
¿No escuchaste mi grito envuelto en viento?
¿Viste la estela que dejó mi paso en nuestra cama?
Anoche caí en cuenta que ya nadie llama por teléfono.
Perdimos el gusto por acariciarnos con la voz.
Has olvidado el poder de tus palabras.
¿Acaso has olvidado lo débil que soy?
He perdido mi pasado; me ahogo en el presente,
pero el futuro es todo nuestro si cantas nuestra canción.
Estoy cansado de juegos esquivos. Agotado.
Es hora de hablar querida, de gritarnos otra vez.
Anoche vi el desenlace en tu espalda desnuda,
anoche leí mi fortuna en tus blancas y largas piernas.
Me enteré de todo, ahora sé que no soy yo.
La ternura de tu sonrisa responde a otro resplandor.
Anoche esperé el amanecer sólo teniéndote tan cerca,
pero entiendo tu razón. Estás equivocada.
Esperas mis palabras de parte de otro relator.
Soy yo el que te puede hablar así, nadie más.
Aquel árbol no te dará cerezos, quizá una pequeña flor.
En cambio en este tendrás cosecha abundante;
te hará una alfombra suave y perfumada.
Tenés que decírmelo justo como te lo he dicho yo.
Ya no hacen falta más enigmas, no hacen falta laberintos.
Pronuncia el conjuro, las palabras mágicas.
Volvé a ver tu reloj precioso, ese tan tuyo.
Cuando arrastro las horas, te quiero a vos.
Yo escribo, yo te escribo.
¿Vos qué putas haces?
Casi no escribís ya, no me escribís.
¿Crees que no me doy cuenta?
¡Sí, te lo pregunto desgraciada!
Escucho todos los sonidos que puedo,
vos te perdés maravillada entre el ruido.
Te rindo pleitesía, a vos y sólo a vos.
En cambio vos perdés el tiempo entre idiotas.
Yo recuerdo todo, vos perdés tiempo olvidando;
olvidando que no debés olvidarme.
¿Olvidaste que yo nunca voy a olvidar?
La palabra, tu palabra, tus promesas,
tus sueños absurdos; enigmas para pelmazos.
Lo que realmente importa me importa.
¿Te importa? Duele que no te importo.
Siempre toco la canción justa.
¡Vos le das play al aleatorio irresponsable!
Me estás cobrando más de la cuenta.
Tené presente que usualmente no estoy tan borracho.
¿Cuándo termina mi castigo?
Ni soy rey de Éfira ni vos sos Mérope.
Prefiero ser el sol que sale y se unde infinitamente
o la misma ola chocando contra la misma roca
cada marea alta, cada día hasta el fin del mundo.
¿Leés? ¿Un libro? ¿Mis líneas?
¿O ves televisión como enajenada?
Te voy a preparar un café.
Sé cómo te gusta, aún recuerdo.
Es tarde y me mata que no me prestes atención.
Lo que me sobra es tiempo, para vos tengo.
¿Querés escuchar mi guitarra desangrarse?
Siempre se desangra cuando te canto.
Seguro te hace sentir bien; tu revancha.
Mi derrota, prolongada y dramática.
Justo como la desgracia que te causé.
Ya pedir perdón resulta inútil.
Me quedan las canciones y el desgaste.
Queda confesarlo y decir adiós.
Nunca me iré pero puedo decirte adiós.
El whiskey me sabe mejor en este instante,
A madera, agua, calor, a vos.
Tirado en el suelo a media luz,
con el tornamesa girando eternamente;
con la aguja clavada en la cera negra.
Dibujo tu rostro con humo
y el cieloraso blanco como lienzo.
Dios canta sus amenazas hacia el rey pagano.
Yo repito como una oración cada estrofa.
He ensayado mi parte demasiado,
parece que han sido años.
Tengo todo dispuesto tal y como estaba planeado.
La canción suena, yo en mi puesto,
la luz, el humo y el trago.
Cuando llega la frase que marca tu entrada
estiro mi mano, dispongo mis dedos
pero no encuentro nada.
¡No me digas que sos invisible!
Esa parte fue escrita para vos,
el personaje, la escena erótica, tus líneas.
La escribimos aquella vez.
¿Recordás?
Queda esperar otro ensayo
y que vos te animes a entrar.
Si decidís no participar,
voy a re-escribirlo como una tragedia.
Muerte del bufón en un acto.
Son tan solo palabras;
cosas que trato de decir.
Algunas salen bien,
pero casi siempre mal.
Aveces me enredo entre metáforas.
Muchas rebuscadas.
Siempre le quedan mejor a alguien más.
Quisiera escribirte algo que se sienta
como música de Brian Eno.
Así de hermoso pero con palabras.
Es lo único que puedo intentar.
Si pudiera dar con una imagen;
La luz verde en The Great Gastby.
Algo que luego de leer te obligue a pensarme
desde tu cuarto sin ventanas.
Estoy derrotado como el Minotauro
en este laberinto de palabras.
Si pudiera decir menos sin robar frases;
pero todavía queda tanto por decir...
Un día tal vez pare.
Alguna vez he de cansarme de perderme
tratando de decirte algo.
Nada importante.
Sólo palabras huecas.
Soy terco y aun creo descifrar tus jeroglíficos.
Cartas escritas para otro destinatario.
Debo dejar de encontrar mensajes escondidos
En donde no hay nada para mi.
Por eso insisto con mi rastro de migajas
que dejo para que se coman los zanátes.
Como el Minotauro me cansé de que no me busquen
Cuando lo que quiero es que me encuentren.
Esa es la razón por la que lo llevo tatuado.
¿Será momento de no decir nada?
¿Debería mejor hacer algo?
Tal vez debo de descubrirte yo.
¿Y si me vuelvo y ya estás en mi rincón?
Creo que es eso.
Palabras más, palabras menos.
Es la primera parada obligatoria.
Por aquí debe de pasar todo:
Mis vicios, mi barba y mis palabras.
Otros deben primero ver o prestar atención.
Yo tengo imperativamente que tocar.
Si no lo siento con mis 10 dedos no existe.
Si no se posa en mis palmas, no lo saboreo.
Si no las tomas no puedo sentir tu frío,
ni tu calor, ni tu sudor, ni tus ansias, ni tus miedos.
Con ellas te seduzco, te desvisto y te vuelvo a armar.
Las uso para llamarte sin hablar, como canto de sirena
que revienta en las rocas cuando tu marea sube y me ahoga.
Son los arietes con los que rompo tus murallas,
asalto tu cabeza y abro tus piernas.
Defensas infranqueables; armas mortales a tu servicio.
Son las extensiones mas tangibles que existen de mi ser.
Con ellas te hice de oro justo como Midas.
La diferencia es que yo si puedo comerme ese metal.
Necesito que te acerques para pintarte como a un cuadro imposible,
inimaginable, precioso, prohibido y exquisito.
Déjame pintarte para que tu belleza sea absoluta,
para que te vean sonreír de nuevo, para que seas otra mujer.
Vení, quiero recorrerte lentamente con mis dedos.
Vení, sólo me hace falta poder tocarte para que nazcas otra vez.
Anoche ante la ausencia de descanso te velé.
Estuve a tu lado mirándote por horas,
pero vos no me viste.
Acaricié tu cabello.
¿Fue que no lo sentiste?
Puse mi mano en tu cara
para darle calor a tus mejillas.
Luché contra cien demonios
que querían irrumpir en tu dulce sueño.
Me rompieron y me quebraron y rieron.
Pero nunca me aparté de tu lado.
Sé que no pensabas en mi, así fue.
No me importa, no me hizo desistir.
Susurré palabras en tu oído, las que te gusta escuchar.
Estuve así hasta el amanecer.
Nunca me rendí, no lo haría jamás por vos.
No obstante, con la llegada del aura
me marché en el carruaje de Faetón.
Perdimos el control y lo demás es historia.
Todos lo saben, vos lo intuís.
Aun así, si te fijas en el costado de tu cama
verás la silueta que dibujó mi cuerpo mientras estuve allí.
Quizá como en aquella película que compramos,
esta noche me quedé hasta que despiertes otra vez.
Las mañanas se han vuelto ligeramente mas placenteras en cama.
Mis deseos decaen de forma directamente proporcional a tu distancia.
Dado lo anterior no la paso tan bien como quisiera tirado allí.
Los ciclos se repiten; engranajes perezosos girando tercos y oxidados,
He perdido tu sonrisa. No la encuentro. La he olvidado.
Quiero beberte y fumarme hasta el exterminio de esta idiotez.
Todo lo importante no merece seriedad querido Óscar.
La memoria es una trampa para osos y he caído en una otra vez.
Los años pasan como sé que vos pasas frente a mi sin poder verte,
Las mentiras nos las repetimos y las rezamos como padresnuestros.
No quiero tu presente de malos tratos con navajas este año.
Prefiero esperar que pase quedo, indiferente pero que me vuelva a decir
Que me queda menos tiempo para entender que en el infierno de la memoria Todo está muerto, vos sos mi reina y nada tiene fin.
P.D: Fabi, un día hablamos sobre tu pasión por Bélgica. Estoy viendo una botella vacía de cerveza belga que compraste y esta banda que tuviste la gentileza de compartir.