lunes, 25 de enero de 2010


 Foto tomada con un celular en el Bar Morazán


 En ocasiones te noto a mi lado, sentada y seria, pensando muy profundamente. Mi pensamiento, dijiste, es como una medusa que extiende sus tentáculos, quedos con el suave toque de la corriente, lenta pero progresivamente. No obstante, cuando te veo tan silenciosa más bien creo que sos vos la que elabora sus ideas de ese modo. De repente te dejo de ver, me distraigo divagando entre palabras de las que me cuelgo cuando las veo pasar. Volteo y ahí seguís. Hay una certeza en tu presencia que me calma, me sosiega del frenesí en el que gusta zambullirme. Sos una isla en medio del mar a la que me gusta llegar a nado. No en barco. Prefiero encallar exhausto entre tus piernas que atracar calmo en las noches sin tormenta de tu nuca. Cuando ves a través de la ventana te pierdes, escapas de lo mundano y te elevas muy alto por encima de nosotros. Así no te puedo tocar, quedas fuera de mi alcance  pero es justo allí donde debes de estar. Prefiero ingeniármelas para llegar a vos. Es el juego en el que representas a la princesa china y yo al trickster que te insiste en tomar un baño en el río para refrescarte mientras sacio mis sed. Si logro recuperar la conciencia luego de una noche entre el laberinto infinito de tus rizos, usualmente te encuentro susurrando a mi lado, tirada, desnuda, envolviéndome como una hiedra trepadora. Toda esa seguidilla de palabras de amor, deseo, dolor; todo eso que nos decimos cuando nos separamos luego de tanta pólvora y luz es por lo que aguardo. Te has ido del cuarto y de mi casa, te he visto alejarte por la acera. Me llamaste y dijiste que pronto volverías. Yo quedo acá con una cama llena de tu olor, de nuestros recuerdos y de las palabras que derramamos anoche. Veo por la ventana, como vos lo haces, pero no veo más que una reja que me estorba y la calle solitaria. Se hizo de noche y dejé la luz de afuera encendida. Si llegas, la puerta está abierta aunque sé muy bien que intentarás entrar por la ventana, por eso ya arranqué la reja.

4 comentarios:

Lola Mena dijo...

Me gustó. Es una prosa como de esos amores pasionarios-viejitos, pero candentemente contemporáneos.

Jenaro dijo...

el final está buenísimo!

raaul dijo...

It´s not that I ain't listening
It's not that I don't care
It hurts to look to your eyes babe!
They pierce through me like air



(esa foto me quedó pisschuda! ;)tenía que hacerlo, jeje)

La Flaca dijo...

Saaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!