domingo, 22 de agosto de 2010

* Cómo arruinar una oportunidad para quedar bien

*escrito originalmente para la página Muteca


O de cómo los políticos pueden cagarse en un show que difícilmente podía arruinarse con una pasmosa facilidad

Primero habría que devolverse en el tiempo un par de meses, habría que explicar cómo funcionan los trámites en las municipalidades para la realización de espectáculos públicos, la tensión de un año electoral y las oportunidades que se presentan en el camino.
Para ahorrarles todo eso, voy a empezar el día miércoles 28 de julio de 2010. Hace unos díitas. Salí del trabajo con unos compañeros y nos dirigimos a la boletería del ahora Pepper’s Club (antes The City y otros pésimos nombres para un chante que tiene buen potencial para chivos pequeños). Luego de que ellos recogieran las entradas que tenían reservadas y de que yo comprara las mías, fuimos a “El Tropezón”, bar bastante popular que ofrece un chifrijo aceptable y con una costilla épica. Eso sí, como ya no podía comer nada, sólo apunto lo de la costilla por consejo de mis compañeros de mesa. Esperamos a las 6:00 p.m. para ir a hacer fila para ver el espectáculo de Choque Urbano. 
A modo de reseña, nos dejaron pasar a las 7:30 casi y el show no arrancó sino hasta las 8:40 prácticamente cuando estaba programado para iniciar a las 8:00. Lo del atraso parece que sucedió solo para recordar que se llevaba a cabo en Costa Rica. El lugar se hizo pequeño para todos porque juntaron las dos fechas programadas en una debido a algunos problemas para que los argentinos pudieran traer su  equipo a tiempo. Bueno, comienza la presentación y es una maravilla de danza, teatro y música. La gran noticia es que, dicen, habrá una presentación gratuita en el parque central de Curridabat el día siguiente a medio día.
Me alegró porque era una excelente oportunidad para que cualquiera pudiera acercarse a una producción artística de muy buen nivel. Además, hay gente que tiene vacaciones de la U, era la hora de almuerzo y algunos que no pudieron costearse la entrada para la noche anterior podrían disfrutar de una versión más corta del show. Todo sonaba de perlas. Todo se prestaba para quedar como los grandes, para lucirse.
A no, no, no, no… No todo fue lo que pudo ser. Llegaron unas 50 o 60 personas. De esas, el 80% eran niños de una escuela local que lograron sacar para hacer bulto y que se viera más gente y un puñado de curiosos, algunos que gracias a la divina providencia se enteraron. La presentación no tardó más de 35 minutos. Había caras de frustración en todos quienes pusieron de su parte para llevar allí a los artistas. Quizá no porque la gente no disfrutó ni porque eran pocos, fue porque una oportunidad tan buena para llevar a la gente una presentación muy honesta y llena de energía se desperdició.
En un momento donde la comunicación y el chisme son tan fáciles de dispersar simplemente no comprendo cómo a nadie se le ocurrió publicarlo en facebook, twiter, blogs y la puta que parió Internet. Si hubieran querido ser nostálgicos pero efectivos y realistas (con respecto al acceso a Internet en el cantón y el verdadero peso de las redes sociales), hubieran pagado un perifoneo. Para los que no tienen idea de qué es eso, es un señor de 50 años manejando una microbús subarú modelo hecha leña a 10 kilómetros por hora con un parlante en el techo que anuncia una actividad alternado el audio con una buena cumbia mientras recorre las principales calles de la ciudad.
¿Será mucho pedir que si les regalan algo ellos hagan su parte? Creo que no,  lo que quieren es tenerlas maduras y en el suelo. Es una pena que por preocuparse por estar bien peinados o por verse inteligentes, los políticos no se preocupen porque las cosas salgan bien. Que te regalen un show así 4 meses antes de las elecciones para alcalde es una movida política formidable. El que sólo lo viera un público que en su mayoría ni puede votar… eh… bueno, ya saben los adjetivos que podría usar para referirme a eso.
Esa misma noche trato de comprender cómo hicieron para arruinar algo tan difícil de estropear. Es sorprendente la capacidad de los políticos para lograr lo que parece imposible, para joderlo todo. Quizá les llegue con el puesto, tal vez lo traigan en la sangre. Probablemente por eso no son ni promotores ni productores artísticos. Tal vez por eso los metemos a una oficina y les pagamos, para que no arruinen lo poquito con lo que nos entretenemos. Aunque a veces ni así. 

1 comentario:

Pelele dijo...

La definición de perifoneo es un agazajo.

Que buenos los Choque Urbano, los vi alguna vez en algún FIA.

Al alcalde de ese pueblo habría que ponerle el gorrito de burro y sentarlo en una esquina del parque un par de horas... a la hora del almuerzo... yo pago el perifoneo.