lunes, 19 de julio de 2010

Sordera

Hace tanto que no te escucho, de algún modo el ruido de la lluvia cayendo en el techo ahoga tus palabras. No sé. Es confuso. Miro el reflejo de los relámpagos colarse por entre las persianas de la habitación pero no llego a escuchar el trueno. Quizá explique el por qué no he vuelto a tocar mi guitarra. Tal vez justifique mi dificultad para ponerme atención. Ha de estar desafinada, la guitarra, como mi sentido común. Te ves pálida y fría ahogada en cama. Mi camiseta de Interpol no hizo el truco está vez. Preparo el café con dos de azúcar y mucha leche como te gusta. Se hace tarde y la lluvia aturde. No obstante, voy por la guitarra para escribirte una canción. Tal vez después pueda cantartela, cuando terminés el café con leche. No pretendo mucho, no soy un buen Paul Weller con mi sordera y los pocos acordes que sé. Presiento que con un beso de buenas noches podríamos decir: "mañana... es mejor".

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